martes, 17 de junio de 2008

estupefacto, patidifuso, etc

un señor con micrófono dice cosas gordas y se cobija en la libertad de expresión bajo palio, le condenan por difamación e injurias y seguidamente dice que a ese precio (36.000 euros de multa) le sale barato seguir diciendo lo que venía diciendo. Se supone que las condenas deben ser ejemplares y las multas disuadir al infractor a no repetir su falta, a no reincidir, con lo que al decir lo que ha dicho al conocer la sentencia, parecería que ipso facto debería el juez (en este caso la juez), llamarle de nuevo y ponerle otras dos multas: una por reincidente, que imagino debería ser mayor que la primera, y otra más por desafiar o cachondearse del veredicto y la multa. Pero veremos si llega a suceder. Esto no es ningún espejismo, es un hecho que sale en los periódicos. No entro en si lo dijo fulanito y lo dijo contra menganito, eso me parece aquí en este espacio, secundario; aunque no lo sea en absoluto. Estoy estupefacto, patidifuso, etc.

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